En el Google I/O 2014, Google ha demostrado que Android Wear está muy por delante de sus principales rivales. Los estadounidenses han tomado la delantera en el sector, y va a ser difícil quitarles ese puesto.
En el recién finalizado Google I/O 2014, Android Wear fue una de las grandes estrellas, tal y como muchos esperábamos. En dicho evento pudimos conocer mucho más sobre la plataforma en sí y el papel que va a desempeñar en el futuro roadmap de Google, así como los primeros dispositivos con Android Wear que llegarán al mercado. Y uniendo toda esas informaciones, la conclusión parece bastante clara: Google ha tomado la delantera en el mercado de los wearables .
Y ha tomado la delantera, básicamente, porque no ha cometido los mismos errores que sus predecesores. Algo relativamente similar a lo que el iPhone hizo en su momento en 2007: aportó cosas nuevas al mercado y evitó los errores que el resto de compañías del sector cometían con cada dispositivo que lanzaban a la venta.
Ejemplo de ello es la invisibilidad. La mayoría de wearables que habíamos visto hasta la llegada de Android Wear no eran invisibles; eran dispositivos que nos hacían parecer cyborgs y que, en muchas ocasiones, llegaban a resultar incómodos de llevar. Es decir, no pasaban desapercibidos en nuestro día a día como un reloj o complemento normal. En cambio, todos los dispositivos que estamos viendo con Android Wear (especialmente el Motorola Moto 360) tienen esa invisibilidad como principal característica. Un Moto 360 puede pasar desapercibido en una reunión, al igual que un LG G Watch –algo que un Pebble (no el Pebble Steel, ojo), por ejemplo, no logra.
Google ha entendido que no deben partir de las mismas premisas y del mismo paradigma que los smartphones
Otro error que los dispositivos con Android Wear no cometen es aplicar los mismos prejuicios y consideraciones de los smartphones a los wearables. Es decir, no parten de las mismas premisas y del mismo paradigma que se tienen en el mundo de los smartphones. Los fabricantes que trabajan con Android Wear (influenciados por Google, obviamente), entienden a estos wearables como una plataforma completamente nueva, y ello implica nuevas interfaces, nuevas formas de interactuar con nuestros dispositivos y nuevas premisas que permitan concebir dispositivos que resulten realmente útiles a los usuarios en su día a día. Ejemplo de ello es que la interfaz de Android Wear está claramente pensada para este tipo de dispositivos; no se hace uso de teclados, sino de la voz; no se incorporan características propias de un smartphone como llamadas... etc. Es una categoría completamente nueva, y por ello hay que partir desde cero. Eso es precisamente lo que Google y sus partners han hecho.
Y en relación con esto, los wearables son entendidos por Google y por sus partners como un complemento de nuestro smartphone (al menos de momento), no como un sustituto de estos. Este es un error muy común que muchas compañías han cometido al intentar adentrarse en este sector, pero solo Google y Pebble, en mi opinión, han sido capaces de evitarlo hasta el momento. Y es cierto que quizá en un futuro acaben sustituyendo a nuestros smartphones, pero, por el momento, ese no es el camino correcto, igual que cuando los smartphones comenzaron hace varios años, tampoco era el camino correcto intentar sustituir por completo a los ordenadores, aunque poco a poco lo han ido logrando. Paso a paso.
Android Wear también soluciona un problema que muchos de sus predecesores en esta industria no lograban solucionar. Ese problema se resume en "¿Y esto para qué?". Esa es la pregunta que los usuarios se hacían cada vez que veían un smartwatch nuevo. Lo veían interesante y cool, pero muy pocos se atrevían a comprar uno, pues apenas veían utilidad en su día a día. Android Wear, por suerte, sí cuenta con características que resultan útiles. No se limita a mostrarnos las notificaciones de nuestro smartphone como hacen otros, sino que pretende ser una extensión de nuestro smartphone que vaya mucho más allá. Nuevamente, esto es algo que solo Pebble había logrado comprender hasta el momento, y había sido uno de los factores que, hasta ahora, le habían situado por delante de la competencia.
Parte de esas características útiles que incorpora Android Wear están relacionadas con los servicios de Google. Y es que, al ser un producto desarrollado por la compañía de Mountain View, la integración con estos es especialmente buena. Y esto, sin lugar a dudas, es un gran valor diferencial. Por ejemplo, la sincronización con Google Now, el cual ahora resulta mucho más útil que antes al estar presente en nuestra muñeca. Algo similar podemos decir de Google Maps, que cobra una nueva dimensión al llegar a la muñeca. Y este tipo de cosas, por suerte o por desgracia, solo son posibles en el ecosistema de Google –con el permiso de Apple y su futuro iWatch.
Por último, encontramos tres puntos que también ayudarán al despegue de Android Wear como plataforma y que, aunque puedan parecer de poca importancia, resultan claves:
- Partners. Hacer despegar una plataforma es mucho más fácil con partners de primer nivel. Google ya cuenta con el apoyo de Samsung, HTC, LG, Motorola, Qualcomm y otras compañías del sector para crear dispositivos con Android Wear. Haciendo una comparación con el fútbol: puede llegar más lejos un equipo de 11 jugadores muy compenetrados y unidos que un equipo en el que un jugador compite prácticamente solo. Android Wear, obviamente, es el caso de los 11 jugadores compenetrados y unidos; Pebble y el resto de compañías del sector, representan el segundo caso. Esto ya lo hemos visto en Android para smartphones –con el permiso de Apple, quien, aunque ha perdido el dominio, sigue muy presente a pesar de luchar sola–, y es muy probable que se repita en este sector.
Solo Apple puede evitar el dominio de Android Wear en el mercado de los wearables
Precio. En estos últimos años hemos visto wearables de múltiples precios. Algunos como el Pebble, que tendían por lo bajo; otros como el I'm Watch, que tendían por lo alto. Los dispositivos con Android Wear, por suerte, parece que se están situando en una línea bastante acertada: los 200€. Además, están comenzando a aparecer packs de smartphone + smartwatch (como el que comentamos en ALT1040 que contiene un LG G3 y LG G Watch en Movistar) por precios realmente interesantes, lo que potencia así la expansión de Android Wear como plataforma. Asimismo, ya hay fabricantes que han mostrado su interés en lanzar productos por debajo de esa línea de precios, rondando los 100€ aproximadamente (véase ASUS, por ejemplo). Esto es algo que, de momento, ninguna otra compañía del sector ha logrado –al menos no a este nivel– y que resulta clave para la expansión de la plataforma.
Google toma el control. A diferencia de Android para smartphones y tablets, Google tendrá un mayor control sobre Android Wear y el software que se incorpora en estos dispositivos. Y dado que la visión de Google en cuanto a software, por el momento, ha resultado ser la más acertada (basta ver lo alabados que son los Nexus y los Motorola por incorporar una versión pura de Android), se puede considerar como una gran noticia.
Obviamente no todo es perfecto en Android Wear. Hay muchos aspectos donde aún puede mejorar –como la batería, que apunta a ser de uno o dos días aproximadamente–, pero sin duda es un excelente comienzo, pues, como he dicho antes, evita los errores que han cometido el resto de fabricantes hasta el momento y, además, trae consigo cosas que no habíamos visto hasta ahora. Es por esto por lo que es justo decir que, de momento, Google ha tomado la delantera con Android Wear, y, de momento, parece que solo Apple y su futuro iWatch pueden evitar que continúe así durante los próximos años.
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