En su 50 aniversario, repasamos la Ley de Moore, un enunciado básico para entender el mundo de la tecnología en la actualidad. Un paradigma con fecha de caducidad que, pese a estar en duda en la actualidad, ha servido para vertebrar el desarrollo tecnológico.
Seguimos con nuestro afán por mostrar algunas de las leyes y paradigmas que rigen el mundo de la tecnología que conocemos en la actualidad. En la edición de hoy, celebramos los 50 años de una de las leyes más importantes pero a su vez, una de las grandes desconocidas: la Ley de Moore. Medio siglo después de escuchar por primera vez su enunciado, la vigencia de esta norma queda más que comprobada aunque en los últimos años todo tipo de expertos han puesto en cuestión la validez de la misma. Descubrimos más en detalle qué es la Ley de Moore y su reflejo en el mundo tecnológico.
Enunciado
Más que una ley, se basa en una predicción del propio autor, lo cierto es que si se tuviera que sintetizar nos quedaríamos con la siguiente observación:
La complejidad de los componentes se ha multiplicado aproximadamente por 2 cada año. A corto plazo, se puede esperar que esta tasa se mantenga o incluso que aumente. (...) Es decir, en 1975 el número de componentes en cada circuito integrado de bajo coste será de 65.000. Creo que un circuito tan grande puede construirse en una única oblea de silicio.
Explicado de manera más simple, la Ley de Moore intentó (y acertó) al predecir la evolución de los procesadores introduciendo el concepto de la miniaturización en la tecnología. Conforme se iba reduciendo el tamaño de los procesadores y aumentaban su potencia, la tecnología pudo hacerse cada vez más pequeña mientras aumentaba su rendimiento de manera exponencial.
Como Intel suele ilustrar, la Ley de Moore aplicada a otros ámbitos nos llevaría a, por ejemplo tener coches del tamaño de una hormiga si su tamal se redujeran al mismo ritmo que los transistores de los procesadores o a comprar casas al mismo precio que un caramelo si sus precios experimentaran una bajada de similares características.
Historia y aplicación
Antes de fundar una de las compañías de tecnología más importante del mundo, Intel Corporation, Gordon Moore enunció esta ley que durante 50 años ha sido un pilar fundamental para entender el paradigma actual. George Moore, co-fundador de Intel en 1968 junto a Robert Noyce
El 19 de Abril de 1965 un joven Moore escribió un artículo en la revista Electronics donde mostraba su visión sobre el futuro de los componentes en los circuitos integrados. Después de haber observado el desarrollo de la tecnología en los años anteriores, Moore descubrió que cada año se duplicada el número de transistores que formaban parte de un circuito, aumentando la capacidad de los mismos. Una observación que se adelantó casi 10 años a los primeros microprocesadores que se fabricaron.
Esta observación prosiguió cumpliéndose, haciendo que la Ley de Moore se convirtiera en un modelo de crecimiento de la tecnología tal y como se muestra en el siguiente gráfico. En el mismo podréis ver los puntos donde se han ido cumpliendo poco a poco desde 1971, año de lanzamiento del Intel 4004.
En 1975, 10 años después de que su observación, George Moore tuvo que reformular (o al menos, puntualizar) su ley debido al crecimiento vertiginoso de la tecnología de los circuitos integramos. En un breve periodo de tiempo, la Ley de Moore quedará obsoleta
Así, cambió el factor de crecimiento en el tiempo para ajustarlo al crecimiento real del mercado, quedándose en 2 años en vez de 1.
Pero al igual que con la Ley de Metcalfe que explicamos en la edición anterior, todas las leyes tienen sus críticos e incluso barreras que las invalidan por completo. Incluso el propio Moore se encuentra entre estos, ya que desde sus inicios ya advirtió que en el largo plazo la tasa de crecimiento no es tan predecible. Estableció que la constante tan sólo se daría hasta 10 años vista. Recientemente Gordon Moore incluso re-aparició para decir que su ley estaba más que muerta ya que las limitaciones técnicas de la fabricación de los microprocesadores actuales hacen que sus arquitecturas tengan un techo de evolución. Será entre este mismo año 2015 y 2020 donde la Ley de Moore mostrará su validez o será refutada al 100%.
Aunque difícil de comprender por su aparente complejidad, la Ley de Moore es uno de esos pilares básicos para entender como la tecnología ha permitido hacer auténticas maravillas. ¿El futuro? Aunque no se cumpla lo dicho por Moore, los procesadores seguirán miniaturizandose incluso con saltos cuantitativos nunca vistos, utilizando entre otras tecnologías la computación cuántica.
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