Querida por unos pocos y renegada por muchos, PS Vita ha cumplido 3 años de complicada andadura. Una apuesta de Sony por la potencia bruta en una portátil que ha sabido abrirse un camino entre los videojuegos de menor presupuesto.
Esta semana la portátil de Sony sopla tres velas en su tarta de cumpleaños. PS Vita llegó para darle una merecida jubilación a PlayStation Portable (PSP) tras siete años al pie del cañón con títulos de renombre como Metal Gear Solid: Peace Walker o los, nada desdeñables, God of War.
Vita se presentó como una máquina de puro músculo, tan potente como una PlayStation 3, se decía. Panel trasero táctil, cámaras frontal y trasera, giroscopio y acelerómetro, controles precisos, elegante acabado de buena calidad, 3G (opcional) y sobre todo ello, una excepcional pantalla táctil AMOLED de cinco pulgadas que hacía de la consola un objeto de deseo.
El catálogo inicial de la portátil le auguraba, o al menos eso parecía, un excelente recorrido de juegos de alto presupuesto, con las compañías más relevantes del sector y las franquicias más codiciadas. Recuerdo ir a una de las principales cadenas de videojuegos y encontrarme con la posibilidad de probar la demo de Uncharted: El abismo de oro. No se había visto nada parecido antes fuera de la comodidad de las sobremesa, incluso era superior gráficamente al primer título de Nathan Drake de PS3. Grandes del tamaño de Wipeout 2048, Rayman Origins, Gravity Rush, Soul Sacrife, Killzone: Mercenary o LittleBigPlanet. Son algunos de los juegos triple A que demostraron la potencia bruta de PS Vita durante sus primeros tiempos de vida.
Pero no todo era un camino de rosas, las ventas de la consola, y por tanto de las unidades de software vendidas, no terminaban de compensar el esfuerzo que las grandes compañías invertían en los lanzamientos. Incluso Sony reconoció que el modelo tradicional no funcionaba igual en Vita. Había que tomar medidas de acción, pero nadie se hizo responsable. El catálogo de títulos de renombre fue descendiendo gradualmente, poco a poco, hasta convertirse en la excepción, más allá de los JPRG y el mercado japonés.
A pesar de la creencia popular, PS Vita está lejos de estar muerta, abandonada o sin juegos. Pese a su corta existencia, está viviendo una segunda primavera gracias a los estudios de juegos independientes que han sabido ver mejor que nadie el potencial que ofrece la pequeña de la casa, convirtiéndola en la plataforma perfecta para este tipo de videojuegos. Si bien es verdad que este no era el propósito original de una consola de tal envergadura técnica, no es una orientación nada despreciable.
Previamente a 2014, ya estaban disponibles nuevos clásicos como Guacamelee!, Velocity o Thomas Was Alone, pero fue durante el pasado ejercicio cuando un torrente de indies hicieron aparición, algunos incluso de forma exclusiva, para esta plataforma. OlliOlli, The Swapper, Hohokum, Velocity 2X o The Binding of Isaac: Rebirth. La lista no termina y en 2015 va a ser incluso superior, hasta 120 títulos se esperan para este año en PlayStation Vita, entre ellos OlliOlli2, Hotline Miami 2 y Shovel Knight.
Es cierto que, por el ecosistema que ha montado Sony, la gran mayoría de lanzamientos que estamos viendo en los últimos meses también están y estarán disponibles para la hermana mayor, PlayStation 4, pero ello no le quita protagonismo. Cross-buy, cross-play y cross-save son excelentes herramientas que para nosotros, los consumidores finales, son transparentes y realzan la experiencia de juego a un nivel que la competencia no puede ofrecer.
Por último, y el cliché de no menos importante, está Remote Play. Esa funcionalidad que muchos catalogarán de curiosidad pero que, en mi opinión, es de los factores “next gen” con más peso. Remote Play no solo ofrece la posibilidad de continuar tus partidas de PS4 desde la cama o el baño, como puede ofrecer Wii U, no. Remote Play te permite jugar a Diablo 3 mientras tu consola está en Valencia y tú, por motivos de trabajo, estás en Ciudad de México. Tu ubicación pasa a un segundo plano y lo único que importa es poder jugar a lo que quieras allá donde estés.
¿Y para el futuro? Más allá de los juegos que están por venir, nos falta ver PS Now en Vita que, aunque no tiene fecha anunciada, ofrecerá una experiencia similar además de ampliar el catálogo con decenas de juegos de PS3. Personalmente, quiero jugar a Shadow of the Colossus desde la portátil de Sony lo antes posible.
Dicho todo esto, únicamente me queda decir, ¡Y que cumplas muchos más!
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