Siempre habrá anécdotas rodeando a los productos de Apple, elementos diseñados con mucho esmero por personas que verdaderamente destacan en su campo. Así lo podíamos ver en las últimas declaraciones de Francisco Tolmasky para el NYT sobre el primer iPhone.
El secretismo de Apple a la hora de desarrollar sus más modernos prototipos es legendario. Tanto es así que el diseño del iPhone sigue desvelando curiosos y sorprendentes detalles hasta ahora desconocidos de sus primeros momentos de desarrollo. Así lo contaba Francisco Tolmasky, el responsable del primer Safari para iOS, hablando de las primeras aplicaciones de iPhone.
En unas declaraciones para el New York Times, Tolmasky explicaba como fue el proceso de desarrollo de las primeras aplicaciones de iPhone por parte de un equipo reducido y que apenas tenía en contacto entre sí. Según la entrevista, el equipo detrás de las aplicaciones trabajaba con una versión "ajustada" de OS X en vez de una especie de versión mejorada de iPod OS empezando incluso a desarrollar parte del trabajo a principios de 2004. Los equipos responsables de las primeras aplicaciones de iPhone estaban físicamente separados e incluso existía cierta separación, cuando no total, entre los propios miembros del equipo.
"Cada una de esas cosas era básicamente como una sola persona", explicaba Tolmasky a la hora de referirse a las primeras aplicaciones de iPhone. Y es que cada una de ellas era administrada casi al completo por solo un miembro, a pesar de que sí existía cooperación entre los equipos a un nivel superior. Además, el desarrollador también explicaba la relación con Steve Jobs, quién se reunía con él al menos un par de veces a la semana. Según Tolmasky, el CEO se mostraba muy exigente, casi demasiado, pidiendo cosas casi imposibles que le frustraban. Por ejemplo, la primera aplicación de Mapas fue La primera App de mapas fue desarrollada en apenas dos semanas
desarrollada en una sesión maratoniana de apenas dos semanas debido a que Jobs decidió, para horror del equipo, que el iPhone necesitaba una herramienta así.
El primer teclado del iPhone, por ejemplo, fue el resultado de un "concurso" propuesto por el propio Jobs, quién propuso que el teclado ganador fuera el que se usase de base para desarrollar la versión final en el teléfono. Pero además de exigencias, explicaba Tolmasky, el CEO conseguía lo que se proponía poniendo toda su confianza, además de su exigente personalidad, sobre los hombros del equipo. De hecho, el que fue el primer desarrollador de la versión móvil de Safari era un recién licenciado de apenas 20 años al mando de un equipo de 5 personas con las que consiguió resultados extraordinarios. A pesar de las dificultades. Aunque las primeras aplicaciones de iPhone hace ya tiempo que desaparecieron como tal, los detalles, ideas y diseño de los primeros equipos siempre estarán ahí presentes, aunque sea en pequeños pedazos de código o en la simple idea y experiencia de uso.
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