Aunque cada vez son menos las opciones de personalización que nos encontramos en OS X, Apple sigue permitiéndonos usar nuestros propios iconos en aplicaciones y discos duros
Atrás quedan los años en los que aplicaciones como Candybar (creada por dos grandes del desarrollo para Mac: The Iconfactory y Panic) nos permitían personalizar muchos de los iconos y graficos de OS X. Año tras año Apple ha ido limitando los aspectos que podemos personalizar en nuestro Mac hasta que muchas de estas aplicaciones han dejado de tener sentido. Por suerte Apple aún permite que cambiemos los iconos que muestran nuestros discos duros y aplicaciones y es tan simple que no necesitaremos ninguna aplicación.
Lo primero que necesitamos es conseguir algún icono que nos guste, da igual si es para una aplicación o si es para un disco duro. Tenemos que tener en cuenta que no vale cualquier tipo de imagen como icono. Debe de ser un archivo terminado en .icns
o no nos servirá. Esto se debe a que dentro de un archivo pensado para ser un icono se encuentran distintas versiones del mismo en varias resoluciones, de manera que el sistema operativo muestre siempre la que necesita sin tener que reducirla o modificarla. Si rebuscamos por Google o Dribbble no nos será encontrar un buen puñado de estos iconos, aunque yo personalmente os recomiendo los de Louie Mantia (tampoco olvidéis mirar en su archivo). Tampoco paséis por alto el set Muir 1 & 2 de Sebastian de With. Algunos set de iconos, como los de Mantia, no nos muestran su extensión, sin embargo eso no quiere decir que no sean validos.
Una vez tengamos el icono que queremos solo tenemos que seguir los siguientes pasos:
- Buscamos en el Finder la aplicación, almacenamiento externo (HDD, SD, Pendrive), o carpeta a la que le queremos cambiar el icono.
- Hacemos click derecho y pulsamos en obtener información.
- Arrastramos el icono que queremos cambiar hasta la esquina superior izquierda de la ventana que nos acaba de aparecer. Tenemos que soltarlo justo encima del “mini” icono que aparece junto al nombre de la aplicación o del volumen.
Una vez hayamos soltado el icono en el lugar correspondiente se cambiará de forma automática. Puede que si se trata de una aplicación que tenemos en el dock o en el Launchpad tarde un poco en actualizarse, pero el cambio no tardará en aparecer.
Como veis no es nada difícil personalizar el aspecto de nuestro Mac, bien para actualizar el aspecto de los iconos de las aplicaciones que usamos en el día a día (y que todavía no están adaptados a Yosemite) bien para dar un poco de alegría y diferenciación a nuestros discos duros.
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