Hace prácticamente un año dedicamos unos minutos a hablar de una investigación que estaba desarrollando la Universidad de Michigan alrededor de un sistema de comunicación entre vehículos a motor con el que poder intercambiar información a tiempo real entre los coches que circulan por una vía con la idea de minimizar los accidentes de tráfico. Parece que este sistema ha gustado bastante en el seno del Gobierno de Estados Unidos puesto que éste invertirá 25 millones de dólares en un programa piloto en el que participarán 2.800 vehículos.
El Instituto de Investigación del Transporte de la Universidad de Michigan desarrolló un sistema de sensores que, además, emitían señales de radio con la información del vehículo y la vía al resto de coches e, incluso, a los semáforos, creando así un ecosistema en el que fluía la información. Con este planteamiento, si un coche frenase bruscamente en un semáforo, se emitiría una alerta al resto de vehículos que circulan detrás para que éstos frenen y evitar una colisión múltiple o, por ejemplo, si un vehículo circulase demasiado rápido como para pararse en el semáforo que regula un cruce, los semáforos podrían dejarle un margen de seguridad para pasar y adaptarse para evitar un accidente.
Este es un gran día para la seguridad vial. Usaremos los resultados de estas pruebas para evaluar si podemos extender el uso de esta tecnología en nuestro día a díaLa Universidad de Michigan, además de haber contado con 14,9 millones de dólares para desarrollar el sistema, ahora recibe el espaldarazo definitivo del Departamento de Transporte con 25 millones de dólares adicionales para poner en marcha un piloto a gran escala en las calle de la localidad de Ann Arbor (como no, en el Estado de Michigan, la cuna de la industria automovilística de Estados Unidos). La industria del automóvil se ha mostrado muy interesada con este sistema y, de hecho, 8 fabricantes han estado apoyando el proyecto (Ford, General Motors, Honda, Hyundai/Kia, Mercedes-Benz, Nissan, Toyota y Volkswagen/Audi).
El piloto estará formado por 2.800 coches, autobuses y camiones que comenzarán, en unas semanas, a compartir información sobre el estado del tráfico y las señales que hay en las calles por las que circulan, con la idea de probar el sistema en condiciones reales y evaluar el impacto que tiene en la mejora de la seguridad vial. Los vehículos intercambiarán información sobre las señales de tráficos, los frenazos que dan los vehículos, los semáforos en rojo y aquellos vehículos que intentan apurar el semáforo y pasar (aunque la luz se esté poniendo roja).
¿Y cómo van a desplegar el sistema en 2.800 vehículos? Este proyecto lleva bastante tiempo cocinándose y, de hecho, algunos fabricantes llevan desde 1995 trabajando en sistemas de este tipo y alrededor de 500 vehículos se han fabricado con este sistema de serie para realizar estas pruebas. El resto de la planta de vehículos serán coches normales a los que se les acoplará el sistema durante las próximas seis semanas.
Los responsables de esta investigación estiman que, quizás, en 10 años este sistema podría estar implantado en todos los vehículos y vías de Estados Unidos, reduciendo el riesgo de accidentes de tráfico y mejorando la seguridad de los conductores. Un salto que nos acerca aún más a los vehículos que se conducen solos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario