sábado, 22 de febrero de 2014

Mitad humano, mitad máquina: ¿qué tan inútiles somos sin nuestros gadgets?

qué tanto dependemos de la tecnología

Si una máquina ya lo puede hacer por ti, probablemente olvides como hacerlo tu mismo. Mientras más inteligentes son las computadoras, más estúpidos parecemos hacernos los humanos.



¿Qué tan dependientes somos de la tecnología?.



Es impresionante como en un periodo de tiempo relativamente corto nos hemos convertido en la generación que más dependen de las maquinas y menos de sus propios sentidos e instintos. Actualmente me es casi imposible recordar como demonios lograba la gente encontrarse en un lugar y hora predeterminados antes de que existieran los teléfonos celulares, ¿cómo sabía la gente donde encontrarse?, ¿se llamaban a gritos?.


Han pasado poco más de 10 años desde que tuve mi primer celular, antes de aquel momento recuerdo que tenía una agenda de papel donde guardaba los números de teléfono de mis amigos y mi familia, lo gracioso es que la tenía solo por "jugar" con ella, porque cada vez que compraba una nueva escribía todos los números de memoria. En este momento soy incapaz de aprenderme el número nuevo de mi pareja porque lo cambió hace unos 4 meses.


Nos adaptamos tanto a las comodidades y facilidades que nos proporciona la tecnología que básicamente dejamos de aprender a defendernos por nosotros mismos y en su lugar nos fusionamos con un dispositivo.


Señales claras de que dependemos demasiado de la tecnología


Gente que se lanza con su vehículo al mar porque el GPS le dijo que continuara por 500 metros más. Nadie recuerda un número de teléfono, si olvidas el smartphone te da un ataque de ansiedad que puede rozar el pánico. Si se cae la señal de Internet, se acaba el trabajo por el día, y tus gadgets son básicamente pisapapeles costosos. Te mudas a una nueva ciudad, pasan 6 meses y sigues sin recordar ninguna dirección porque para eso está Google Maps.


Hemos dejado de aprender a defendernos por nosotros mismos para fusionarnos con un dispositivo.


No es un misterio el porqué la mitad de las películas apocalípticas incluyen zombies y la otra mitad un blackout tecnológico donde todos los electrónicos mueren, desaparece Internet y los aviones caen del cielo.


Hay gente que teme que los robots del "futuro" empiecen a reemplazar a los humanos en los campos de trabajo, pero muchos humanos están felices de dejar que sus máquinas realicen todo el trabajo por ellos, sin darnos cuenta de que la razón por la que seremos reemplazados es porque no sabemos hacer nada.



En una isla desierta con un Kindle


A todos nos encanta la comodidad, la tecnología en altas dosis nos convierte en adictos. Honestamente yo no se como vivir en un mundo diferente a este, e imaginar ser despojada de todos mis juguetes electrónicos y su constante conectividad me generan una ansiedad tremenda. Lo que me hace reflexionar un poco y pensar en la terrible situación que me encontraría si por alguna razón mayor no pudiera acceder a ellos.


Un cerebro artificial que solo está disponible si hay una toma de corriente y una conexión WiFi.


En una isla desierta la batería de un Kindle te daría la compañía de un libro por 4 o 5 días, luego solo te queda la soledad de un aparato con el que no puedes hacer ni una fogata.


Las computadoras se han convertido en un especie de extensión de memoria de nuestro cerebro, hay tanta información disponible todo el tiempo que nos saturamos en segundos, de conocimientos que no retenemos por más de unos minutos u horas, porque sabemos que están "guardados en otro lado", siempre accesibles desde tu cerebro artificial. Una mente alterna que solo está disponible si hay una toma de corriente y una conexión WiFi.


Offline somos cada vez sacos más vacíos.





















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