Durante el MWC 2014 hemos podido probar el Nokia Lumia Icon, el flagship de la compañía exclusivo para la operadora estadounidense Verizon. Dejamos aquí nuestras primeras impresiones.
Desde hace un tiempo tengo una imagen en mi cabeza de cómo sería el Lumia perfecto. No me cabe ninguna duda: como el Lumia 1520, pero con una pantalla de 5 pulgadas. Justo de eso se hablaba con un supuesto Lumia Icon / Lumia 929, que acabó llegando en exclusiva para Verizon en Estados Unidos. Por suerte, hoy lo he podido probar en el Mobile World Congress 2014 gracias a un ingeniero que amablemente me lo ha cedido en el stand de Nokia.
La pantalla es quizás la mejor baza del Icon: 5 pulgadas Full HD OLED.
Lo primero que he notado es que la pantalla es espectacular: panel OLED Full HD de 5 pulgadas, con densidad de 441 ppp. Si la pantalla del 1520 es posiblemente la mejor del mercado, la del Lumia Icon mantiene su esencia en menor tamaño, aumentando la densidad y con ella la nitidez y la claridad en cada pedacito de la pantalla, aunque también es cierto que tiende a sobresaturar algunos colores.
El ángulo de visión roza los 180 grados, en ningún momento pierde nitidez ni contraste. Se nota que en Nokia si saben de algo es, entre otras cosas, de montar pantallas. Se mantiene el efecto ClearBlack y los negros son negros de verdad. Por otro lado no he podido probar el terminal en exteriores, así que la opinión que viene es como para cogerla con pinzas: no parece demasiado brillante, habrá que ver cómo se desenvuelve bajo la luz solar.
El diseño y los acabados del Lumia Icon son la parte peor parada del terminal. Estamos acostumbrados a ver un estilo homogéneo y diferenciador en los Nokia Lumia. El del Lumia Icon en cambio es algo más tosco, que recuerda más a los Lumia de 2012. Quizás se nota que Nokia hizo este terminal pensando en un mercado menor (un sólo país, un sólo operador) y no le puso tanto empeño como a los demás.
Aunque se llame Icon, su diseño es el menos icónico de Nokia
Sinceramente, su diseño no me ha gustado demasiado. Los bordes son algo afilados, no se siente genial en la mano. Lo único que me ha encantado del diseño es que la bandeja SIM ya no necesita un objeto afilado para extraer la bandeja, sino que sólo hemos de hacer palanca sobre una muesca lateral.
Otro apartado importante: la cámara es más de lo mismo respecto al Lumia 1520, con matices. En calidad es exactamente más de lo mismo. 20 megapíxeles de resolución, se capturan imágenes de tamaño completo a 19 megapíxeles más otra versión de 5 adecuada para subir a redes sociales o compartir de forma rápida. La apertura máxima, de f/2.4. También comparte el dual-flash. Donde flojea respecto a la del 1520 es en la velocidad. Está más cerca en este aspecto del Lumia 1020. Y esto no es bueno. En general es una cámara muy buena pero notablemente más lenta que la de sus competidores. Hacia ahí quizá debería apuntar Nokia para un futuro próximo.
Conclusiones: contra todo pronóstico, el Lumia Icon no sería el Lumia que yo me compraría. 925, 1020 y 1520 le han superado en el cuerpo a cuerpo en primera instancia. Tiene aspectos muy positivos, como la calidad de su cámara, la de su pantalla (las tres columnas de tiles al margen del Full HD) o lo bien que funciona Windows Phone 8 con el Snapdragon 800 y los 2 GB de RAM o el Adreno 330. Pero hay otros que siguen pesando, como la baja velocidad de la cámara o un diseño que definitivamente no parece ni siquiera de Nokia.
La batería tampoco ilusiona especialmente: 2.420 mAh para alimentar a una hoja de especificaciones high-end. Me he pasado un tiempo deseando que el Nokia Lumia Icon saliera de Estados Unidos. Ahora sigo deseando un 1520 de 5 pulgadas, pero no de la forma del Icon. Si acaba traspasando fronteras, espero que sea de otra manera.
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